«Hoy la Tuna se reserva tu destino. Tuna alegre, despistada y sin hogar, siempre atenta a los murmullos del rocío que a las albas nos comienza a despertar.»
Cuando el romanticismo parecía haber terminado, el 31 de mayo de 1997, Angel Flores Lara, Gino de la Cruz, Percy Cabezas, Erick Liñan y Pavel Liñan adoptarían una nueva tradición que cambiaría el mundo universitario, lo llenarían de cultura, galantería, cofradía, música y romanticismo; todo siempre con una cuota de magia y pasión.
Un poco más sobre el encanto de la Tuna
Entre capas y bandurrias se desborda toda la galantería de los Tunos antes sus damiselas enamoradas, los cantos de estos ruiseñores de antaño llenan de magia los escenarios cada vez que ellos los pisan, pero no todo suele ser tan tranquilo y elegante en la Tuna Universitaria pues para lograr la etiqueta de un Tuno, todo se torna con pruebas difíciles que solo los verdaderos elegidos, generalmente varones, son capaces de vencer.
Para el surgimiento de una Tuna, primero se tiene que conseguir el apadrinamiento de una Tuna antigua que pueda respaldarlos, de esta forma, poder validad la existencia de la Tuna novata; a continuación, se acepta a los postulantes que deseen integrarla con el sobrenombre de «pardillos«, quienes para ascender a Tunos tendrán que pasar por una serie de pruebas y demandas estipuladas por los miembros de la Tuna antigua y, por ende, con mayor autoridad.
«El requisito indispensable para integrar la Tuna como pardillos es: ser varones románticos y con ganas de pasarla bien (risas)», menciona el Tuno Dany; se dice que, en la formación de un pardillo, primero se le enseña la procedencia de la tradición y luego se le hace entender que la Tuna solo existe por un motivo: la mujer, pues todo lo que hagan será dedicado en forma especial hacia ella.
Los pardillos llevan meses de obediencia hacia los Tunos, si esto no se cumple serian casi imposible poder ascenderlos. El día principal del ascenso se realiza con una tradicional carrera desnuda, el pardillo tiene que salir a las tres de la madrugada, desprovisto de ropa, a correr por un lugar escogido por los Tunos, este tendrá que dar una vuelta completa por dicho lugar hasta llegar al lado de los superiores, un poco desfasado, pero un ritual de mucha emoción, valor e intensidad.
Una vez allí, tendrá que inclinarse como para ser nombrado caballero con una espada, se le da de beber el liquido elemental llamado vino, continuamente este jurará no mancillar el nombre de la Tuna por ningún motivo y brindar protección a cualquier hermano Tuno que atravesará algún problema, terminada esta ceremonia, el padrino del pardillo lo bañará, así desnudo, con el vino, le colocará investidura y le otorgará la beca con la cual se le reconoce oficialmente como Tuno.
Sin embargo, a pesar de ser bastante rígidos con su tradición, hubo un ascenso que rompió con todos los esquemas estipulados por la Tuna, fue la de Dany Marco Churampi; él no tuvo que ser universitario activo, ya que dejó la universidad apenas a los dos meses de estudios y tampoco corrió desnudo por un parque, al contrario, él fue elegido por el simple hecho de ser fiel a la Tuna, ser el único que tocaba el violín y, lo más importante, estar profundamente enamorado de una bella mujer.
Todo esto comenzó una noche de serenata, fue al pie de un balcón; Dany, sin siquiera conocer la casa, empezó a tocar una bella melodía con el violín, los demás continuaron al compás de Dany. De pronto, a la segunda canción, encendieron la luz y se asomó una bella jovencita de apenas 16 años; Dany quedó prendado de ella y simplemente agradeció el reto que le habían encomendado, pues posiblemente con él iba a comenzar un constante accionar lleno de esfuerzo por conquistar a la damita.
Así fueron pasando los días, cada dos noches la damita recibía bello poemas y hermosos cantos de su galante enamorado, él lo hacía con tanto amor y ternura, que con solo ver los ojos de su amada quedaba más enamorado que nunca. Cuando las cosas parecían ir tan bien, una noche de poesía, la damita soltó una cinta bordada, Dany la recogió muy emocionado, pero al leer lo que contenía, sus ojos se llenaron de tristeza y haciendo un puño con la cinta, se retiró cabizbajo.
Al haber transcurrido un mes de aquella dolorosa escena, la pequeña damita partió fura del país, por motivos de estudios, pero para su sorpresa, el galante enamorado fue a despedirla con una bella melodía compuesta solo para ella con la promesa de esperar fielmente su regreso, tocando todas las noches con la Tuna, pero ocupando sus pensamientos y sentidos solo en ella, fue así que, guardando aun lágrimas en los ojos, la damita partió con la promesa de volver.
Hoy, la promesa está aun perenne, él canta y recita todas las noches, ella le envía cintas bordadas cada mes, teniendo ambos como únicos testigos a la Tuna, la misma que, por preservar historias similares, ha alcanzando la reputación de ser integrada por caballero elegantes, románticos y vehementes.