La gran fortaleza del Callao

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La bahía del Callao es observada imponente viajando por el Pacifico, es pues, una de las ciudades en Perú que más historias tiene por contar.

Antes de iniciar, como todo chalaco exclama: ¡CHIM PUM CALLAO¡

Esta ciudad está ubicada en la bahía más extensa de la costa occidental de América del Sur. El Callao se ha convertido en uno de los puertos con mayor importancia de esta misma costa sudamericana del Pacifico.

El Callao es el primer puerto de toda la república del Perú, y es por tanto la única Provincia Constitucional del Perú, decretada por ley.  En su territorio también se encuentra el aeropuerto Jorge Chávez, uno de los más importantes del mundo, y el primero en el Perú. esta ciudad también llega a tener relevante importancia puesto que la majestuosa Marina de Guerra del Perú tiene su principal centro de operaciones estratégicas y gran base naval en el puerto del Callao, en donde están fondeadas algunas principales naves de la escuadra peruana.

LA FORTALEZA DEL REAL FELIPE

Si bien, podríamos quedarnos durante horas escribiendo sobre el Callao, y mencionando cada una de sus maravillas, rutas y detalles, esta vez la protagonista será una gran fortaleza, mas conocida como la Fortaleza del Real Felipe. Esta se ubica en la parte central de la ciudad del Callao, y es una construcción muy antigua y rica en historia. Su nombre fue elegido en honor del rey Felipe V de la Casa de Borbón, que había fallecido en 1746. Durante la época del virreinato el castillo del Real Felipe fue un sólido bastión de ataque y defensa, en la emancipación fue la última fortificación y en la Republica fue escenario de intensas luchas e intrigas políticas.

Esta fortaleza tardo casi 27 años en ser construida y costo miles de vidas entre guerrillas y milicias, desapariciones y acontecimientos sangrientos e importantes en el registro de la historia, ya sea por protección o por conquista. Inicio en 1747, cuando el Callao se encontraba vulnerable e indefenso frente a los ataques piratas y las incursiones de los corsarios. El poderoso virrey Jose Antonio Manso de Velasco puso en práctica un plan de defensa y consiguió que el Rey de España aprobara los planos de la fortaleza. Aquellos planos fueron diseñados por el matemático y cosmógrafo francés Luis Godin. Evidentemente el proyecto fue aprobado, y en la actualidad se aproxima que fue destinado tres millones de pesos, que en dólares equivale a un promedio de 21 mil. La construcción fue terminada en 1774, en el gobierno activo del Virrey Manuel Amat y Juniet.

HABLEMOS DE LA FORTALEZA

El tipo de fortaleza seguía la escuela de Vauban, el cual regia el arte militar de aquella época. Tenía una forma pentagonal de cinco baluartes, y esta comprendía murallas, cordón, parapeto, terraplén y escarpes. Estos baluartes Los baluartes llevan el nombre del Rey, la Reina o la Patria, el Príncipe, Jonte o San Felipe, la Princesa, la Tapia o San Carlos y San José o la Natividad y mientras se recorre todos, cada una es más majestuosa que la anterior. Toda esta gran fortificación ocupa cerca de 70 000 metros cuadrados. Y su inicio lo vemos es la Gran Puerta de Honor, ya que es la puerta principal y otra de las más relevantes la llamaron la puerta del perdón. Dentro del museo encontramos también el Parque de la Artillería en la cual se observan impresionantes cañones y vehículos blindados. Una de las zonas a la que todos ansían en llegar es la Casa del Gobernador, sin duda, inmensa y de grandes detalles característicos de la época.

El importante poderío de la fortaleza del Real Felipe quedo demostrado en el año 1816, durante la campaña emancipadora, porque hasta ese año solo había servido para confinar a los patriotas que eran tomados prisioneros. Las baterías de la fortaleza cumplieron exitosa y satisfactoriamente con su función de defensa al impedir los primeros ataques e incursiones de ese año contra el Callao, sin embargo, cuando el libertador Don José de San Martin ingreso a Lima en 1821, el 15 de Julio, su imponencia comenzó a debilitarse ante el asedio de las tropas libertadoras, y en septiembre del mismo año el gobernador La Mar se rindió entregando así el Real Felipe. Fue entonces que el nombre paso a ser «Castillo de la Independencia» al iniciarse la etapa republicana, retomando su nombre original en 1925.

Habiendo pasado por varios episodios, en 1931, el movimiento revolucionario contra el gobierno de Sánchez Cerro motivo la captura del Real Felipe, hecho que se repitió el 3 de octubre de 1948 cuando la marinería se sublevo contra el gobierno de Bustamante y Rivero. Después de este capítulo sangriento en medio de la historia peruana, en donde se registraron varios fallecidos y heridos, la calma y la paz han perdurado en este castillo tras el paso del tiempo y fue declarado en 1952 Monumento Histórico Nacional. Tal edificación es por tanto uno de los detalles que no se escapa a ningún libro de historia peruana, dedicándole varias páginas.

Ahora, esta fortaleza ha pasado del papel preponderante que tuvo al retiro silencioso de una reliquia histórica que narran un importante número de acontecimientos, los mismos que marcaron caminos y rumbos importantes en nuestro país. El valor que hoy se le da es representativo de época, ya atrás quedo el contenido estratégico o táctico, sino más bien en una de las paradas turísticas más importantes, o la más importante de esta ciudad.

La visita es tan asombrosa como impactante, sin duda alguna, inolvidable, remontándonos a una época memorable y haciéndonos sentir parte de la historia de nuestro país, aun sin pertenecer a él, pues la experiencia es casi vivencial. Apreciaremos monumentos hechos por la propia realeza española y el talento arquitectónico empleado, ya sea por diseño y proyecto o por la mano de obra tan bien detallada y construida de los antiguos peruanos. Un sin fín de armas que despiertan atracción y curiosidad por saber cómo empleaban tales instrumentos bélicos y la colección de instrumentos extraños y conservados que hoy para nadie significan algo de suma relevancia y a la misma vez representan gran tesoro en la memoria y vivencia de los años que trajeron gloria al Perú. La gran construcción de piedra chalaca nos espera para regalarnos asombro, sorpresa y cultura.

Autor(a): Wendy Pérez